Después de las tormentas...
El paso de las tormentas tropicales Eta e Iota dejó graves consecuencias humanitarias, conoce algunas de las historias de personas afectadas en el país.
A inicios de noviembre de 2020, Honduras fue impactada por el paso de las tormentas tropicales Eta e Iota, las cuales dejaron devastadoras consecuencias para una sociedad ya golpeada por la pandemia de la COVID-19 y las sequías recurrentes como efectos del cambio climático.
Conoce los testimonios de personas afectadas, voluntarios y personal de respuesta de la Red Humanitaria de Honduras durante la emergencia.
“Nuestra comunidad está completamente inundada; solo podemos movernos a través de cayuco (canoas pequeñas) o en bote. No hay tierra donde podamos caminar. Las inundaciones han destruido el sector pesquero, el sector agrícola, el sector ganadero. No hay nada en las orillas del río; está todo inundado”, comentó a GOAL Honduras el señor Electerio Colomer, Presidente de la Empresa Pesquera Kruta.
A inicios de noviembre. Honduras fue impactada por el paso de las tormentas tropicales Eta e Iota, las cuales dejaron devastadoras consecuencias para una sociedad ya golpeada por la pandemia de la COVID-19.
Más de 4 millones de hondureñas y hondureños fueron afectadas por las tormentas Eta e Iota. Según datos de autoridades del país, se han habilitado más de 1.000 albergues a nivel nacional donde se encuentran alrededor de 95.000 personas albergadas, muchas de ellas sin tener un hogar al cual regresar, pues se contabilizan más de 85.000 casas afectadas que incluyen casi 6.000 destruidas completamente.
“Estábamos recogiendo nuestras cosas como a las 9 o 10 de la mañana cuando nuestros vecinos nos alertaron que venía el agua. No pudimos sacar todo y nuestra casa se inundó”, comentó Rufino, un niño de 14 años en Puerto Cortés, a un equipo en campo de UNICEF.
Resultados preliminares de evaluaciones de terreno realizadas por la Red Humanitaria y el Equipo de las Naciones Unidas de Evaluación y Coordinación en Casos de Desastres (UNDAC) después de las tormentas Eta e Iota en los departamentos de Cortés, Yoro, Santa Bárbara, Copán, Colón y Olancho, muestran que las necesidades principales de la población afectada son atención en los alojamientos temporales, agua, saneamiento e higiene, salud, protección y vivienda. Estos son algunos de los departamentos que fueron severamente afectados, sumando a ellos los departamentos de Atlántida y Gracias a Dios, esta última una tierra de riquezas naturales que alberga a la población indígena Miskita, los cuales sufrieron consecuencias graves con el paso de la tormenta Iota.
“El huracán destruyó mi casa, rompió las dos bases principales y tuve que pasar la noche donde mi hermana con mis 5 hijos. Si no la tuviera a ella no tendría donde ir y tengo miedo de volver porque es peligroso. Además, perdimos nuestros cultivos de musáceas, yuca y maíz. Ahora debemos volver a empezar, reconstruir”, compartió Dilia Mena, una madre y productora agrícola Muskita al equipo de Ayuda en Acción que se encuentra brindando ayuda humanitaria en la zona.
La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) continúa evaluando pérdidas del sector, pues es difícil tener un dato de las perdidas monetarias ya que estas se reflejan en varios rubros. Sin embargo, se han presentado algunas estimaciones que incluyen la afectación de 6.842 manzanas de banano afectadas y 7.971 manzanas perdidas, 150.000 manzanas de palma africana perdidas, 35.195 manzanas de caña de azúcar afectadas, y en cítricos 6.884 manzanas afectadas y 13.000 toneladas métricas no cosechadas.
El paso de las tormentas tropicales Eta e Iota no solo ha puesto en riesgo la seguridad alimentaria y nutricional de la población afectada y, a mediano plazo, la de la población en general, sino que también ha incrementado riesgos de salud, especialmente mientras el país y el mundo continúa luchando contra la COVID-19. Las afectaciones en infraestructura sanitaria detectadas incluyen 10 hospitales y 44 establecimientos del primer nivel de atención que presentan daños o pérdidas, 27 establecimientos de salud colapsados, 120 inhabilitados y 99 establecimientos de salud reportan personal afectado o damnificado a nivel nacional.
El Equipo Humanitario de País, que es coordinado por las Naciones Unidas junto al Gobierno de Honduras, a través de la Secretaría de Estado en los Despachos de Gestión del Riesgo y Contingencias Nacionales (Copeco), se encuentra brindando asistencia humanitaria en siete sectores de atención a nivel nacional a través de las más de 40 organizaciones nacionales e internacionales que la conforman.
Asimismo, la solidaridad de la población se vio reflejada inmediatamente después del paso de los fenómenos naturales, pues muchos grupos de sociedad civil se unieron para coordinar recolección de insumos y se encargaron de hacer llegar ayuda humanitaria a las poblaciones afectadas. Dentro de la Red Humanitaria también se gestionaron diversos vehículos terrestres, aéreos y marítimos para el rescate de personas y el traslado de ayuda humanitaria. Muchas organizaciones han continuado entregando kits alimentarios, de bioseguridad e higiene en los diferentes albergues habilitados y brindando servicios de atención psicosocial en los mismos, incluyendo acciones para la prevención y respuesta a la violencia basada en género que se ha presentado en los mismos.
“Estamos brindando servicios de consulta general, cirugías menores y apoyo psicosocial. Queremos proveer apoyo a la población de La Lima, pues necesitan atención médica, se han quedado sin instalaciones sanitarias y sin medicamentos”, comentó Juan José Ayestas, de Cruz Roja Hondureña, quien se encuentra asistiendo a diversas personas afectadas en la ciudad de La Lima Cortés en el hospital móvil que la organización instaló específicamente en respuesta a esta emergencia.
El 19 de noviembre, el Equipo Humanitario de País (EHP) lanzó un llamamiento de emergencia (Flash Appeal) para atender las necesidades de 450.000 personas severamente afectadas por la Tormenta Tropical Eta. El plan requiere de US$69,2 millones para complementar la respuesta del Gobierno de Honduras y proveer una asistencia integral en los sectores de seguridad alimentaria y nutricional, salud, agua, saneamiento e higiene, albergues, protección y educación.
La ayuda es urgente. El Equipo Humanitario de País tiene un plan estructurado para brindar la respuesta, pero requiere la totalidad de los fondos que se han solicitado en el llamamiento de emergencia para ejecutarlo a cabalidad.
Son muchas las historias de vida de las y los hondureños afectados que hacen visible esta necesidad de atención. Por otro lado, las historias de voluntarios y personal en campo que se encuentran en la primera línea de atención demuestran el compromiso de la Red Humanitaria, las Naciones Unidas y de la misma sociedad en contribuir con la respuesta y la reconstrucción que Honduras necesita.
Así lo cuentan...
En una entrevista con dos niños que se encuentran en un albergue de Choloma, el equipo de UNICEF Honduras presenció el momento en que los pequeños comparten cómo perdieron su hogar, momento en que dejan ver su dolor por lo acontecido.
“Mi casa, las cosas que tenía ahí…las perdimos”, comentó uno de ellos sin poder concluir la oración por el impacto emocional que sufría. Su hermano intentó continuar el relato diciendo “Cuando estaba lloviendo, Anthony estaba llorando por mi mama, ahí gritó Anthony ‘Mamá!’”, dijo el pequeño y concluyó con “A mi familia la extraño”.
“Ha sido una experiencia muy grata acompañar a los niños en los albergues ya que ellos no estaban previstos a esta situación y se han tenido que ir acostumbrando. Como sabemos, por su inocencia no saben qué es realmente la situación que está sucediendo en el país y solo buscan divertirse y ver las cosas desde otra perspectiva”, compartió Karla, voluntaria del Programa Municipal de Infancia y Juventud COMVIDA que es apoyado por UNICEF.
Puede conocer el detalle de la respuesta humanitaria de esta Red Humanitaria a través de los Informes de situación y descargar este artículo aquí >>