Trabajemos juntos para crear un mundo con libertad y dignidad para todos y todas
Editorial por Alice Shackelford
Hoy, 17 de mayo, celebramos el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia en conmemoración de la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales en 1990. Es un día para elevar la voz en contra de la discriminación a la que son objeto todas las personas homosexuales, bisexuales y transexuales en la sociedad y para reforzar la lucha diaria que esta comunidad encabeza para lograr que sus derechos sean asegurados y respetados en todo el mundo.
La semana pasada terminó con la terrible noticia de la muerte violenta de Valeria Pereira en la zona norte de Honduras. Con este caso son ocho las personas LGTBIQ+ asesinadas en Honduras en lo que va del 2021, sumando a un total de 380 muertes violentas desde el 2009, según el observatorio de medios de la organización Cattrachas. Según datos recopilados por organizaciones de derechos humanos, Honduras tiene la tasa más alta de asesinato a personas transgénero y otras personas con diversidad de género en el mundo. Muchos de estos crímenes permanecen en impunidad, sin una investigación profunda, y muchos parecen ser fruto de discriminación, lo cual es sin duda una situación muy alarmante.
En el Examen Periódico Universal (EPU) del 2020, presentado por el Estado de Honduras ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, varios estados participantes coincidieron en recomendaciones relacionadas con la comunidad LGTBIQ+ hechas al país. Entre ellas: contrarrestar la discriminación en contra de las personas LGTBIQ+; mejorar sustancialmente los esfuerzos para proteger efectivamente los grupos vulnerables, incluyendo a personas LGTBIQ+; y recoger datos sobre violencia y discriminación contra esta comunidad, así como investigar los crímenes contra ellos y ellas, de manera que tengan protección y acceso a la justicia. En concordancia con esto, incitamos al Gobierno de Honduras a trabajar arduamente en tomar acción en torno a las recomendaciones recibidas y así asegurar una Honduras más segura para todas y todos.
Desde que comenzó la pandemia, las Naciones Unidas han documentado un empeoramiento de la discriminación, la violencia y el discurso de odio contra las personas LGBTIQ+, su exclusión social y económica, la estigmatización que sufren y los obstáculos que les impiden acceder a la atención sanitaria, la educación, el empleo y los servicios básicos.
Es por ello que en este día no puedo más que recordar que abordar las desigualdades y no dejar a nadie atrás, garantizando la igualdad de derechos de todas las personas, son los pilares de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Desde Naciones Unidas trabajamos por defender la dignidad y los derechos de todos los seres humanos, incluyendo las personas LGTBIQ+ y estamos aquí para apoyar al Estado en el cumplimiento de este cometido y de toda la Agenda 2030, sin dejar a nadie atrás.
El día de hoy, con el objetivo de reforzar este mensaje y el apoyo activo de todas las agencias de las Naciones Unidas en Honduras en la lucha contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, izamos la bandera arcoíris junto a la bandera de Naciones Unidas en el edifico en Tegucigalpa. En el evento nos acompañó la Ministra de Derechos Humanos, Jackeline Anchecta, dando un mensaje de apoyo a la comunidad LGTBIQ+ y asegurando que desde su institución se está trabajando por el respeto a sus derechos. Además, estuvieron presentes representantes de las organizaciones Cattrachas y Colectivo Violeta quienes compartieron con nosotros algunas de las preocupaciones, experiencias y luchas de la comunidad LGTBIQ+ en el país.
Desde mi llegada al país he podido conocer más sobre la discriminación que las personas LGTBIQ+ viven y sus consecuencias, lo cual incluso ha trascendido a medios internacionales. Las mujeres trans suelen ser las más discriminadas y estas organizaciones de sociedad civil han hecho fuertes esfuerzos por lograr justicia para los diversos crímenes que derivan de esta situación.
Pero para erradicar la discriminación por orientación sexual debe haber una respuesta no sólo del Estado, sino de cada ciudadano y ciudadana de Honduras. Desde nuestro entorno, nuestro hogar, nuestras conversaciones y nuestro trabajo podemos ser parte del cambio. Trabajemos juntos para crear un mundo inclusivo que permita a todos y todas vivir libremente y con dignidad e igualdad de derechos, sin importar quién sea, dónde se encuentre o a quién ame.