La educación es un derecho humano fundamental.
Es la base de las sociedades, de las economías y del potencial de cada persona.
Pero sin una inversión adecuada, ese potencial se malogrará prematuramente.
Siempre me ha parecido asombroso que se haya concedido tan poca prioridad a la educación en muchas políticas gubernamentales y en los instrumentos de cooperación internacional.
El lema del Día Internacional de la Educación de este año nos recuerda que “para invertir en las personas, hay que dar prioridad a la educación”.
La inversión es fundamental para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.
La Cumbre sobre la Transformación de la Educación del pasado año reunió al mundo entero para reimaginar los sistemas educativos de modo que todo alumno acceda a los conocimientos y las competencias necesarios para triunfar.
Más de 130 países se comprometieron a garantizar que la educación universal de calidad se convierta en un pilar esencial de las políticas e inversiones públicas.
El Llamamiento a la Acción sobre la Inversión en la Educación y la creación del Mecanismo Internacional de Financiación de la Educación dieron un nuevo impulso a la financiación nacional e internacional.
Y la Cumbre puso en marcha una serie de iniciativas mundiales para movilizar apoyo a favor de la educación en entornos de crisis, la educación de las niñas, el aprendizaje básico, la transformación de la actividad docente, las herramientas digitales y los sistemas educativos ecológicos.
Ha llegado el momento de que todos los países conviertan sus compromisos de la Cumbre en medidas concretas que creen entornos de aprendizaje propicios e integradores para todos los estudiantes.
También ha llegado el momento de poner fin a toda la legislación y las prácticas discriminatorias que entorpecen el acceso a la educación. Hago, en particular, un llamamiento a las autoridades de facto del Afganistán para que invaliden la indignante y contraproducente prohibición del acceso de las niñas a la educación secundaria y superior.
También aliento a los países a otorgar a la educación un lugar destacado en los preparativos de la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2023 y la Cumbre del Futuro de 2024.
Sobre todo, insto a la sociedad civil y a la juventud a seguir reivindicando más y mejor inversión en educación de calidad.
Mantengamos viva la llama de la transformación.
Ofrezcamos sistemas educativos capaces de sustentar sociedades igualitarias, economías dinámicas y los sueños de cada uno de los estudiantes del mundo más allá de todo límite.