La naturaleza nos está enviando un mensaje claro.
Estamos dañando el mundo natural, en nuestro propio detrimento.
La degradación de los hábitats y la pérdida de biodiversidad se están acelerando.
La disrupción del clima está empeorando.
Los incendios, las inundaciones, las sequías y las supertormentas son más frecuentes y causan más daños.
Los océanos se están calentando y acidificando, lo cual destruye los ecosistemas coralinos.
Y ahora, un nuevo coronavirus está haciendo estragos, minando la salud y los medios de subsistencia de las personas.
Para cuidar de la humanidad, DEBEMOS cuidar de la naturaleza.
Necesitamos que toda la comunidad mundial cambie de rumbo.
Repensemos lo que compramos y utilizamos.
Adoptemos hábitos y modelos agrícolas y empresariales sostenibles.
Salvaguardemos los espacios naturales y la fauna y flora silvestres que quedan.
Y comprometámonos con un futuro verde y resiliente.
Mientras trabajamos para reconstruir mejor, pongamos a la naturaleza en el lugar que le corresponde: en el centro de nuestras decisiones.
En este Día Mundial del Medio Ambiente, es hora de pensar en la naturaleza.