La pandemia de COVID-19 ha provocado el caos en la educación en todo el mundo.
Unos 1.600 millones de escolares y universitarios vieron interrumpidos sus estudios en el momento álgido de la pandemia, y las dificultades no han terminado.
En la actualidad, el cierre de escuelas sigue perturbando la vida de más de 31 millones de estudiantes y agravando la crisis mundial del aprendizaje.
Si no tomamos medidas, la proporción de niños en los países en desarrollo que dejan la escuela y no saben leer podría aumentar del 53 % al 70 %.
Sin embargo, la conmoción que se vive en el sector de la educación trasciende las cuestiones de acceso y desigualdad.
Nuestro mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso, como consecuencia de la innovación tecnológica, los cambios sin precedentes en el mundo del trabajo, la irrupción de la emergencia climática y la pérdida generalizada de confianza entre las personas y las instituciones.
Los sistemas educativos convencionales tienen dificultades para impartir los conocimientos, habilidades y valores que necesitamos para crear un futuro mejor, más verde y más seguro para todos.
La educación es un bien público preeminente y un factor esencial para la implementación de toda la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
La comunidad internacional no puede permitirse ser neutra en cuanto a la calidad y relevancia de la educación y el modo en que se brinda.
Por ello, este año voy a organizar una Cumbre sobre la Transformación de la Educación.
Ha llegado el momento de reactivar nuestro compromiso colectivo con la educación.
Eso significa invertir en planes integrales para ayudar a los estudiantes a recuperarse de las pérdidas de aprendizaje que han sufrido.
Significa situar la educación en el centro de los esfuerzos de recuperación más amplios, destinados a transformar las economías y las sociedades y a acelerar los avances en materia de desarrollo sostenible.
Significa solidaridad financiera con los países en desarrollo.
Y significa iniciar un proceso de reflexión y análisis para dilucidar cómo pueden evolucionar y transformarse los sistemas educativos nacionales de aquí a 2030.
En la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, se reunirán por primera vez los líderes mundiales, los jóvenes y todas las partes interesadas en la educación para considerar estas cuestiones fundamentales.
En este Día Internacional de la Educación, y mientras nos preparamos para la Cumbre que se celebrará este año, hago un llamamiento a todos para que se unan en torno a la educación como un bien público y una prioridad política de primer orden en el contexto de la recuperación y de cara al futuro.