En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, ponemos el foco en la labor fundamental de los periodistas y otros trabajadores de los medios de comunicación que buscan la transparencia y la rendición de cuentas de quienes ocupan el poder, a menudo con gran riesgo personal.
A lo largo de la pandemia de COVID-19, muchos trabajadores de los medios de comunicación han estado en primera línea, proporcionando información precisa y con base científica para informar a los responsables de la toma de decisiones y salvar vidas. Al mismo tiempo, los periodistas que cubren cuestiones del clima, la biodiversidad y la contaminación han conseguido llamar la atención mundial sobre esta triple crisis planetaria.
Sin embargo, los periodistas y los trabajadores de los medios de comunicación ven aumentar día a día las amenazas a su libertad. Desde la salud mundial hasta la crisis climática, pasando por la corrupción y los abusos contra los derechos humanos, se enfrentan a una creciente politización de su trabajo y a intentos de silenciarlos desde muchos frentes.
La tecnología digital ha democratizado el acceso a la información. Pero también ha creado graves desafíos.
Los modelos de negocio de muchas plataformas de medios sociales no se basan en aumentar el acceso a la información precisa, sino en aumentar la implicación de los usuarios, lo que con frecuencia significa provocar indignación y difundir mentiras.
Los trabajadores de los medios de comunicación en zonas de guerra no solo están amenazados por las bombas y las balas, sino también por las armas de falsificación y desinformación que acompañan a la guerra moderna. Pueden ser atacados por representar al enemigo, acusados de espionaje, detenidos o asesinados, sencillamente por hacer su trabajo.
La tecnología digital también facilita la censura todavía más. Muchos periodistas y directores de todo el mundo corren el riesgo constante de que sus programas y reportajes sean retirados de las redes.
Y la tecnología digital crea nuevos cauces para la opresión y el abuso. Las mujeres periodistas están especialmente expuestas al acoso y la violencia en línea. La UNESCO constató que casi tres de cada cuatro mujeres encuestadas habían sufrido violencia en línea. La piratería informática y la vigilancia ilegal también impiden a algunos periodistas realizar su trabajo.
Los métodos y las herramientas cambian, pero el objetivo de desacreditar a los medios de comunicación y encubrir la verdad sigue siendo el mismo de siempre.
Los resultados también son los mismos: personas y sociedades que son incapaces de distinguir la realidad de la ficción y que pueden ser manipuladas de forma espeluznante.
Sin libertad de prensa, no hay verdaderas sociedades democráticas. Sin libertad de prensa, no hay libertad.
Las Naciones Unidas trabajan para apoyar a los periodistas y los trabajadores de los medios de comunicación de todo el mundo. Hace diez años establecimos un Plan de Acción sobre la Seguridad de los Periodistas, para proteger a los trabajadores de los medios de comunicación y acabar con la impunidad de los delitos cometidos contra ellos.
En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, honramos la labor esencial de los medios de comunicación de decir la verdad al poder, exponer las mentiras y construir instituciones y sociedades fuertes y resilientes.
Hacemos un llamamiento a los Gobiernos, las organizaciones de medios de comunicación y las empresas tecnológicas de todo el mundo para que apoyen estos esfuerzos cruciales.