Comunidad Internacional, acompañada por el Equipo Humanitario de País, conocen avances y necesidades de reconstrucción en municipios de Cortés
04 abril 2022
A pesar de los avances en la reconstrucción por el paso de las tormetas Eta e Iota en Honduras, aún existen necesidades en el país para la población afectada.
Dos años después del cierre de centros escolares por la pandemia de la COVID-19, y del paso de las tormentas Eta e Iota que dañaron fuertemente la infraestructura escolar, la Secretaría de Educación anunció el retorno seguro a escuelas en Honduras.
“El centro educativo estuvo a un metro de estar cubierto completamente de agua, dañando todo lo que se encontraba dentro de ella”, comentó Diene Banegas, Directora del Centro Escolar de la Unión en Choloma, Cortés, “pero gracias al apoyo de diversas organizaciones estamos ya casi listos para el retorno seguro a clases”.
Además de la infraestructura escolar, muchas familias perdieron sus viviendas y al día de hoy no han logrado recuperarlas. En las 29 comunidades del municipio de Choloma han actuado 6 organizaciones del sector alojamiento (CRH , GOAL , Hábitat para la Humanidad, Global Communities, Save the Children y NRC), beneficiando, desde el inicio de la emergencia hasta marzo 2022, a 16.596 personas. Sin embargo, las necesidades siguen siendo muchas.
Es por ello que el 31 de marzo y 1 de abril, con el fin de conocer el trabajo realizado por las organizaciones del Equipo Humanitario de País así como las necesidades existentes en las comunidades, el equipo de país de las Naciones Unidas, liderado por su Coordinadora Residente, Alice Shackelford, visitó comunidades afectadas por Eta e Iota en Chamelecón y Choloma en el departamento de Cortés. La gira fue acompañada por diversos cooperantes, como ser la Embajada de Chile, Japón y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Durante el primer día de la visita, la Alcaldía Municipal de San Sula acompañó a la comunidad internacional a comunidades en Chamelecón donde visitaron centros escolares para conocer las afectaciones, esfuerzos de reconstrucción y necesidades aún existentes por Eta e Iota. Además, se visitaron proyectos de espacios recreativos y apoyo psicosocial, incluyendo la Biblioteca Municipal de la colonia Suyapa, impulsados por ACNUR Honduras.
“Me sirvió mucho, estábamos súper estresadas”, comentó una joven de este sector mientras participaba en un taller de yoga y relajación como parte de estos espacios seguros. “Su sonrisa lo dice todo”, complementó uno de los directivos del lugar.
Por otro lado, en Choloma se intercambió con población que perdió sus viviendas con el paso de las tormentas, y aunque algunas ya han sido restauradas con apoyo del Consejo Noruego para Refugiados (NRC) y otras organizaciones, muchas familias aún requieren apoyo para contar con una vivienda digna. Las inundaciones también afectaron los medios de vida y la situación de empleo de la población, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y nutricional de las familias que habitan estas zonas.
“En nuestra comunidad aun falta reparar casas, construcción de letrinas, fosos sépticos y pilas para tener agua”, agregó Lizeth Girón, habitante de esta comunidad, quien además reflexionó sobre los avances que habían logrado hasta ahora con la comunidad, de los cuales expresó gran orgullo.
Finalmente, se visitaron comunidades en el municipio de la Lima donde UNFPA Honduras ha habilitado espacios seguros para mujeres y niñas, en coordinación con la Secretaría de Salud, en los cuales se brinda asesoría, capacitación y atención médica en salud sexual y reproductiva.
“No olvidemos que nadie se queda atrás. Todas juntas como red siempre podemos ayudarnos entre nosotras para salir de una situación de violencia”, expresaba ante un grupo de mujeres una de las capacitadoras en temas de violencia basada en género dentro de esta comunidad.
En estos espacios las mujeres no solo reciben información sobre este tipo de violencia, sino también sobre temas de salud sexual y reproductiva, incluyendo el acceso a métodos de planificación familiar.
La intervención sobre estos temas es complicada en comunidades donde la salud sexual y reproductiva es un tema tabú. Sin embargo, gracias a personas como Yuni Reyes, quien es una voluntaria de la comunidad La Planeta que brinda un espacio en su hogar para que jóvenes puedan acceder a información y métodos de planificación familiar sin sufrir estigma social en el proceso.
“Los embarazos de adolescentes y niñas en Honduras es un problema enorme que limita el desarrollo de ellas. Debemos trabajar arduamente para cambiar esta práctica”, comentó Alice Shackelford, Coordinadora Residente de las Naciones Unidas durante la visita a la comunidad La Planeta.
La visita concluyó en Centro de Salud de La Planeta, en La Lima, el cual fue destruído por Eta e Iota, pero ha sido rehabilitado gracias a aportes de varias organizaciones del Equipo Humanitario de País de Honduras y brinda atención médica a la población.
La comunidad internacional tuvo la oportunidad de ver el trabajo del Equipo Humanitario rindiendo frutos y conocer además las necesidades existentes para así poder identificar las áreas en cuales brindar mayor apoyo.
Naciones Unidas y el Equipo Humanitario de País, reafirmaron su compromiso de continuar impulsando iniciativas humanitarias y de desarrollo para contribuir al cumplimiento de la Agenda 2030, sin dejar a nadie atrás.