Casi 80 millones de mujeres, niños y hombres de todo el mundo se han visto obligados a abandonar su hogar como refugiados o desplazados internos. Y hay algo aún más impactante: de ellos, 10 millones lo hicieron solo en el último año.
En el Día Mundial de los Refugiados, nos comprometemos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para poner fin a los conflictos y la persecución responsables de esas horribles cifras.
Hoy también reconocemos la generosidad y la humanidad de las comunidades y los países de acogida, que suelen enfrentar sus propias dificultades económicas y relacionadas con la seguridad. Esos países merecen nuestro agradecimiento, nuestro apoyo y nuestra inversión.
Todos debemos trabajar para restablecer la integridad del régimen internacional de protección de los refugiados y cumplir las promesas contraídas en el Foro Mundial sobre los Refugiados, de modo que los refugiados y las comunidades que los acogen reciban el apoyo que necesitan.
Este año, la pandemia del COVID-19 supone una amenaza adicional para los refugiados y los desplazados internos, que se encuentran entre las personas más vulnerables. En mi reciente informe de políticas sobre el COVID-19 y las personas en movimiento exhorté a los Gobiernos a que velaran por que se los incluyera en todas las actividades de respuesta y recuperación.
Los refugiados y los desplazados internos también destacan entre quienes están actuando para marcar la diferencia en las primeras líneas de respuesta.
De los campamentos de Bangladesh a los hospitales de Europa, los refugiados trabajan como personal de enfermería, médico, científico y docente y desempeñan otras funciones esenciales, protegiéndose y contribuyendo a las comunidades que los acogen.
En el Día Mundial de los Refugiados, agradecemos a estos por su creatividad y su determinación para rehacer su vida y mejorar la de quienes los rodean.
Hoy, como cada día, nos unimos a los refugiados y nos solidarizamos con ellos y reconocemos nuestra obligación fundamental de cobijar a quienes huyen de la guerra y la persecución.