En medio de la crisis, organizaciones no gubernamentales atienden poblaciones vulnerables de Honduras
El trabajo de las organizaciones de la Red Humanitaria es fundamental para la recuperación del país de la COVID-19 sin dejar a nadie atrás.
Daysi Castro, es una madre soltera de Comayagua en Honduras. Su familia depende de su ingreso, el cual se ha visto severamente recortado debido a las restricciones de movilidad que el Gobierno ha impuesto como medida para evitar el contagio de la COVID-19 en el país, lo cual ha puesto a su familia en riesgo de inseguridad alimentaria debido a la falta de alimentos.
“Ahorita, lo que hacemos con mis hijos es tomar un cafecito por la mañana y de ahí comemos hasta en la tarde, solo comemos un tiempo en el día”, comentó Daysi sobre cómo ha distribuido los alimentos durante este período en su hogar. Recientemente, ella fue una de las beneficiarias de la ayuda alimentaria que diversas organizaciones están realizando en respuesta a la actual emergencia sanitaria.
Honduras es uno de los países en Centroamérica más afectados por la pandemia de COVID-19. Al 6 de agosto, se cuentan 45,755 casos de la COVID-19 de los cuales, 38,084 se encuentran activos; de ellos, 17,898 son mujeres y 20,186 hombres, observándose un aumento en los contagios de niñas (1,257) con respecto a niños (1,018). El sistema hospitalario se encuentra al borde del colapso, por lo que el Gobierno ha implementado diversas estrategias que prevengan esta situación, como ser la implementación de centros de triaje para casos sospechosos a nivel nacional y brigadas médicas móviles para detectar casos sospechosos y positivos en los municipios más afectados.
Pero al igual que en el resto del mundo, la crisis va más allá del ámbito sanitario. La educación y economía han sido severamente afectadas por la cuarentena impuesta desde marzo 2020, cuando se declaró el estado de emergencia. Las pequeñas y medianas empresas, así como a todas aquellas personas que sobreviven con las ganancias que generan en el día a día en la economía informal, de las cuales el 25.8% son mujeres que trabajan en el sector del comercio, tal como el caso de Daysi, se han visto en situaciones de inseguridad alimentaria. Además, millones de estudiantes se encuentran sin acceso a educación, y el número de mujeres víctimas de violencia basada en género ha incrementado exponencialmente durante los últimos 4 meses.
Un Equipo de Respuesta Humanitaria
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El Equipo Humanitario de País (EHP), también conocido como Red Humanitaria, está compuesto por más de 40 organizaciones humanitarias nacionales e internacionales en el país. Fue activado el 17 de marzo de 2020 en respuesta a la emergencia nacional frente a la pandemia de la COVID-19.
Desde el inicio de la pandemia, se activó el Equipo Humanitario del País en respuesta a la emergencia nacional a través de una estrategia de atención sectorial coordinada, en base a los principios humanitarios, en apoyo al Gobierno. Esta Red Humanitaria, que es liderada por la Secretaría en los Despachos de Gestión del Riesgo y Contingencias Nacionales (COPECO) y el Sistema de las Naciones Unidas, está compuesta por más de 40 organizaciones humanitarias nacionales e internacionales, incluyendo organizaciones no gubernamentales que han sido clave para la brindar ayuda y alivio a las poblaciones más afectadas en el territorio nacional. La ayuda brindada por las organizaciones se enfoca en los sectores de salud, seguridad alimentaria, alojamientos temporales, educación, logística, agua, saneamiento e higiene, protección y recuperación temprana. Además, se incluyen los subsectores de salud sexual reproductiva bajo el sector salud, y violencia basada en género y protección de la infancia bajo el sector de protección.
Apoyo a la economía y alimentación familiar
Sin duda uno de los impactos más grandes para la población es a su economía y, por ende, a su seguridad alimentaria. Personas como Daysi, cuyos ingresos dependen de la economía informal han visto estos recortados, encontrándose en una situación crítica para obtener alimentos. Es aquí donde muchas organizaciones han enfocado sus esfuerzos de respuesta inmediata, entregando kits de alimento e higiene a estas familias.
Plan Internacional Honduras, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), CARE Internacional, Ayuda en Acción y World Vision se prepararon de inmediato para brindar asistencia alimentaria a través de la reorientación de fondos de sus programas y proyectos, así como con el apoyo de patrocinadores y socios, atendiendo en conjunto a la mayor parte del territorio nacional.
“Ahora si somos ricos”, exclamó en sorpresa una pequeña que acompañaba a su familiar a recibir la ayuda de Plan Internacional Honduras.
La mayor parte de las ayudas alimentarias entregadas por las organizaciones fueron acompañadas por mensajes sobre prevención de la COVID-19 y medidas de higiene a tomar en los hogares. En el caso de Plan Internacional Honduras, estos también entregaron kits de higiene menstrual y anticonceptivos para mujeres y adolescentes de comunidades donde el acceso a estos insumos se vuelve más difícil tanto por las restricciones de movilidad como la situación económica familiar.
Los colaboradores y voluntarios de estas organizaciones llegaron a las comunidades a realizar las entregas de alimentos o tarjetas prepago de supermercado, utilizando todas las medidas de seguridad para prevenir el contagio tanto de ellos como de las comunidades atendidas. Los pobladores les recibieron con gran alegría y agradecimiento.
“Aquí hay que saber manejar las emociones, porque nosotros debemos transmitir seguridad. En lo particular, creo que este tiempo de pandemia nos está enseñando a ser más humanos”, comentó Carlos Hernández, voluntario facilitador de World Vision.
La población beneficiada ha sido atendida y priorizada a través del apoyo de autoridades locales y socios de diversos sectores, pero tal como lo expresa Carlos, esta pandemia también ha demostrado la solidaridad existente entre aquellos que brindan la ayuda y también entre quienes la reciben. En una de sus entregas, personal de Plan Internacional Honduras recordaba cómo una de las familias que recibió ayuda alimentaria compartió su ración con sus vecinos, un acto de solidaridad que tocó sus corazones.
Recuperación y resiliencia económica
Por otro lado, en el Corredor Seco, un tramo de tierra de 1,600 kms de largo en Centroamérica donde se concentra el 90% de la población de esta región, se centran las mayores densidades de pobreza en Honduras debido a sus condiciones climáticas extremas. Esta es la zona principal de influencia de ADRA, donde desde hace más de 17 años trabaja apoyando a estas poblaciones en crisis por las condiciones de sequía y afectación de esta en su producción. Para apoyar a esta población, ahora sumergida en una doble crisis por la COVID-19 y afectada por las restricciones de movilidad, ADRA continúa apoyando el fortalecimiento de sus medios de vida, y contribuyendo con su seguridad alimentaria. La organización realizó inicialmente entrega de raciones de alimentos y tarjetas prepago de supermercado a más de 8,000 familias, incluyendo atención a 11 asilos de ancianos que representan población de alto riesgo ante la COVID-19.
Asimismo, el trabajo habitual de la organización en la zona se enfoca en impulsar economía informal y las Pymes con un programa de micro finanzas, con un enfoque especial en las mujeres. Considerando los antecedentes de sequía para la producción, y ahora las restricciones de movilidad que limitan el acceso a alimentos, la organización brinda apoyo a través de un programa de micro finanzas que provee microcréditos dirigidos a la economía pyme y la economía informal, bajo condiciones especiales durante la pandemia, para así asegurar un sustento para las familias a largo plazo.
Además, existe un enfoque en la auto subsistencia, tanto familiar como comunitaria. Esto se está logrando a través de la implementación de huertos familiares de cultivos no tradicionales, conectados a sistemas de riego que contribuirán a asegurar una producción continua durante el año, a diferencia de sus cultivos tradicionales de maíz y frijol que se enfrentan a los desafíos del cambio climático.
Un ejemplo de ello es doña Juana Zelaya, quien vive en la comunidad de Las Marías en San José, Choluteca al sur del país: “Cuando veo esta parcela de tierra sembrada, le doy gracias a Dios por la ayuda de ADRA. Todo este terreno estaba vacío y lleno de monte. Ahora tenemos cómo sustentar a nuestras familias.”
A nivel comunitario, se implementan aviarios y espacios de almacenamiento de huevos comunitarios de manera que sea consumido por las familias locales y se han establecido unidades productivas de miel; con los excedentes de producción de estos sistemas comunitarios se están realizando esfuerzos de comercialización, los cuales generan ingresos adicionales a las familias de la zona que contribuyen a mejorar su seguridad alimentaria.
En el caso de Care, la organización sostiene un trabajo de fortalecimiento de la seguridad alimentaria y nutricional, en 8 municipios del Corredor Seco, por medio de tecnologías innovadoras para el almacenamiento de agua lluvia, infraestructura familiar básica en los hogares para la buena higiene junto al desarrollo de negocios agrícolas y no agrícolas para mitigar los efectos del cambio climático.
Durante la emergencia sanitaria Care ha apoyado a 6,422 familias en esta región con kits de higiene, paquetes de alimentos y transferencias en efectivo, acompañando todas las entregas con acciones de sensibilización sobre la COVID-19 y violencia basada en género utilizando materiales educativos adaptados al contexto rural. Una de las acciones destacadas de mucha aceptación es un bingo sobre estos temas, y otros como la corresponsabilidad en las tareas del hogar y el apoyo emocional.
“Nunca nos habían dado algo igual, así es más fácil explicarles a los niños lo que pasa con la COVID-19” comentó una madre mientras se aseguraba de guardar muy bien el juego en su bolsa de mano.
Care también trabaja en la recuperación y fortalecimiento de la resiliencia, enfocándose en generar las condiciones para la reactivación económica a través de acciones tempranas para recuperar los sistemas productivos de las familias de agricultores de subsistencia y de grupos de productoras y productores de pequeña escala. Considerando las brechas de género y el impacto en los medios de vida, CARE priorizó a las mujeres indígenas y rurales a través su programa de empoderamiento económico de mujeres, con entrega de insumos agrícolas, huertos familiares, capital semilla, transferencias monetarias y capacitación. En total 3,300 mujeres pequeñas productoras y microempresarias han sido beneficiadas por acciones de CARE. Asimismo, World Vision ha realizado entrega de más de 7,000 insumos agrícolas a familias productoras.
“La pandemia afectó mucho nuestras economías, todas hemos pasado momentos muy duros, con el transporte paralizado no podemos viajar a donde vendemos los cultivos, nos quedamos sin dinero para comprar abono (…) Cuando los esposos nos vieron llegar con 7 quintales de abono y otros insumos para plagas, estaban tan admirados y agradecidos porque nunca habíamos recibido una ayuda como ésta, con todo esto vamos a poder mejorar la calidad del café para tener una buena cosecha y vender a un buen precio este año y con la ganancia comprar el abono y así sostener la producción” comenta María Alejandrína Vasquez Lara (33), Presidenta de la caja rural “Manos Unidas” en La Unión, Lempira al occidente del país.
Aunque el corredor seco es una de las áreas más afectadas, poco se compara con las condiciones de vida de los pobladores de Gracias a Dios, una de las regiones más postergadas del país, donde la mayoría de su población es de la etnia indígena de los Misquitos. La zona no solo es de difícil acceso, sino que carece de muchos servicios básicos de calidad como educación, salud, agua y saneamiento. Varias organizaciones y cooperación internacional dirigen sus recursos y trabajo a esta población, cuya atención es un reto en cuanto al lenguaje y costumbres Misquitas. Ayuda en Acción desde que inicio la crisis ha beneficiado a más de 10,000 familias, 57,242 personas con alimentos y kits de higiene e insumos agrícolas a 3,000 familias productoras. Para la respuesta humanitaria Ayuda en Acción ha hecho sinergia con gobiernos e instituciones municipales, instituciones gubernamentales y asociaciones de productores.
La organización trabaja de manera exitosa con las comunidades en regiones postergadas hace mucho tiempo, y durante la emergencia por COVID-19 ha sido un ejemplo a seguir en cuanto a la respuesta humanitaria a pueblos indígenas en este departamento, así como en otros donde se concentran población Lenca, Tolupán, Tawahka, Pech y Garífuna.
En el caso de Gracias a Dios, el personal de esta organización elaboró paquetes de ayuda alimentaria de acuerdo a las tradiciones y tendencias de consumo de la zona, encontrando la manera de apoyar, al mismo tiempo, a productores locales. Por ejemplo, en la Mosquitia manos de hombres y mujeres indígenas cosechan, fermentan y secan el cacao que luego es exportado al continente europeo. Para apoyar a estas familias Ayuda en Acción incluyó el cacao en sus kits de alimentos. Además, adaptaron las medidas de bioseguridad de forma que encajara con las creencias y costumbres de la población- tal fue el caso de los termómetros infrarrojos, los cuales en algunas comunidades no fueron aceptados, por lo que utilizaron otros métodos para tomar la temperatura respetando su cosmovisión.
En estas intervenciones también se reportan los actos de solidaridad, donde familias productoras han acordado truques de diferentes productos de manera que todos tengan abastecimiento y variedad nutricional en sus hogares sin necesidad de contar con un ingreso adicional.
Apoyo a sistemas de salud, agua, saneamiento e higiene
A pesar de todo esto, no debemos olvidar que esta es una emergencia sanitaria, y que sin que este tema sea controlado, los sectores colaterales seguirán siendo afectados.
En el caso de la salud, sumado a los retos de capacidad hospitalaria para atención de pacientes de la COVID-19, el sistema se ha enfrentado a un desabastecimiento de insumos y equipos de bioseguridad debido a la alta demanda mundial de los mismos. Entre las organizaciones no gubernamentales que han apoyado al Gobierno con la dotación de insumos de protección personal en comunidades vulnerables se encuentran World Vision y Ayuda en Acción, que han entregado más de 220,000 insumos de este tipo en más de 250 instalaciones de salud a nivel nacional. Además de esto, realizan campañas informativas sobre la prevención de la COVID-19 y mensajes clave sobre salud a través de las cuales han alcanzado a más de 6 millones de habitantes.
El agua, saneamiento e higiene son un tema clave en la prevención de la COVID-19, pero según información compartida en el reciente foro virtual auspiciado por Ayuda en Acción, solo el 35 % de los hogares hondureños cuentan con "una gestión segura" de agua y saneamiento, siendo la situación aún peor en comunidades garífunas, indígenas y afro hondureñas, donde apenas el 18 % de las familias tienen "agua segura".
ADRA incluye en sus esfuerzos de respuesta humanitaria, este componente clave a través de acciones en comunidades vulnerables donde se están construyendo estaciones de lavado de mano con pedal, de manera que sus usuarios no tengan contacto con una llave. En otras comunidades se han instalado filtros de agua y se han realizado mejoras en letrinas en escuelas, en preparación para el momento en que se defina iniciar un retorno seguro a ellas. Además, han realizado la construcción de pozos y soluciones de agua en comunidades donde los pobladores únicamente tenían acceso a este vital recurso a través de fuentes naturales escasas y estacionales.
Jóvenes como Jarvin Hernández, de la comunidad de Parihuaca, Nacaome en el sur del país, cuentan el impacto que tuvo la perforación del único pozo en la comunidad : “Durante el proyecto lo que más me impactó fue ver a Doña Catalina arrodillarse para darle gracias a Dios por tener el agua en la comunidad, eso fue muy impactante para mí, ver a muchas personas más llorando, pero no de tristeza sino de alegría, porque hoy sí es una realidad y tenemos agua, esto gracias a todas las personas y organizaciones que lo hicieron posible, estamos muy contentos y agradecidos con Dios por su bondad y me gustó mucho la forma como se dio el proyecto, el poder involucrarnos todos en la comunidad…”
Por su parte, World Vision ha distribuido más de 1,200 suministros de lavado de manos y CARE ha entregado más de 19,000 kits de higiene priorizando a las mujeres que desempeñan el papel principal en la higiene y se encuentran en primera línea frente al COVID-19 en sus hogares.
En el caso de CARE, la distribución es acompañada con la instalación de estaciones comunitarias de lavado de manos. Las familias reciben información y conocimientos adecuados al contexto rural para la adopción de buenas prácticas de higiene y nutrición, y se incluye información importante para referir casos de violencia doméstica a los servicios de salud y servicios de atención de víctimas. Estas acciones de prevención son reforzadas y se escalan con una campaña de comunicación de riesgos difundida a través radios comunitarias, televisión, impresos y plataformas sociales y de mensajería móvil.
Ayuda en Acción ha producido una serie de cuñas radiales, videos educativos y afiches traducidos al miskito y garífuna sobre las medidas de prevención, muchos de ellos expuestos por niños y niñas para mejor recepción de este público, a través de los cuales han alcanzado a 36,000 familias. Además, Ayuda en Acción ha entregado la guía “conociendo mis emociones” dirigida a docentes y padres de familia para que juntos con los niños y niñas puedan tratar la parte psicosocial de una manera fácil y práctica.
Continuidad de la educación
El desarrollo de los niños, niñas y adolescentes se está viendo amenazado debido a los retos que presenta la pandemia en el sector de educación. Las escuelas a nivel nacional permanecen cerradas, y a pesar de los intentos por brindar educación a distancia, solo el 36 % de estudiantes tiene acceso a internet, 67 % a televisión abierta y 45 % a televisión por cable, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto significa que alrededor de un 70 por ciento de niños y niñas no pueden tener acceso constante a estas modalidades, lo que significa que hay 1.4 millones de niños sin poder continuar sus estudios.
“Los padres a veces no saben por qué los niños se están portando de tal forma, y talvez es por el estrés que los niños tienen de no poder salir, porque los niños se sienten felices, y todas las personas en general, teniendo la libertad”, comenta una de las madres de familia de una de las comunidades atendidas por Plan Internacional Honduras.
Plan Internacional Honduras es conocida a nivel nacional por su trabajo en la igualdad de género y empoderamiento de la mujer, un pilar clave en toda su intervención. En el caso de la educación, apoya la continuidad de la misma en las comunidades con el proyecto “Leer para Empoderar” a través del cual se da acceso a libros a niñas y niños durante la pandemia, contribuyendo así con su educación, pero también con su bienestar psicológico durante la cuarentena.
“Durante la cuarentena, hemos ido a la biblioteca dos veces. Hemos estado leyendo mucho y hemos escrito cuentos en nuestro cuaderno y también haciendo el trabajo que nos asigna la maestra en casa. Yo creo que todos hemos estado leyendo porque yo en mi casa presto los libros, los comparto con mi hermana y así también todos los niños que han ido por libros”, comentó una de las niñas beneficiadas.
Por su parte, World Vision ha brindado capacitaciones en Tecnologías de Comunicación (TICs) a más de 500 docentes de 12 redes educativas en 98 centros educativos en zonas urbanas y a más de 200 docentes en comprensión lectora.
Protección de la mujer, niñas y niños, y población migrante
Uno de los datos más alarmantes de la pandemia es el incremento de las denuncias de violencia doméstica, donde muchas mujeres se han visto obligadas a pasar la cuarentena con su agresor. Según datos del mes de julio, al menos 40,000 mujeres han denunciado actos de violencia basada en género en los últimos 6 meses y 155 mujeres han sido asesinadas.
Las organizaciones también han enfocado sus esfuerzos en la protección y apoyo a estas víctimas de violencia. En el caso de CARE, la organización ha brindado servicios de atención psicosocial a mujeres en riesgo o víctimas de violencia doméstica y a mujeres viviendo con VIH/SIDA. Las trabajadoras del hogar, otro de los grupos mayormente afectados por la pandemia, han sido apoyadas con transferencias para satisfacer sus necesidades de alimentación e higiene básicas y son involucradas en procesos de fortalecimiento de capacidades para la protección de sus derechos y su salud.
“Antes de la pandemia la situación no era fácil para nosotras las trabajadoras domésticas y durante la cuarentena es más difícil todavía (…) no sabemos cuándo vamos a tener trabajo. El dinero nos ajustó para comprar comida, mascarillas, para ir al doctor y comprar medicamentos porque algunas estamos enfermas y otras tenían los niños enfermos; otras pagaron hasta 4 meses de renta de los cuartos para asegurar un lugar para vivir y otras han puesto negocios sobre la cuarentena (…) para tener un ingreso y soportar la crisis.” Relata Julissa García, organizada en la Asociación de Mujeres Trabajadoras Domésticas de Honduras (ASMUJERES – TD).
Plan Internacional Honduras ha apoyado con alimentos a casas refugio para mujeres víctimas de violencia basada en género, además de realizar abordajes cara a cara durante las entregas de alimentos y kits de higiene en las comunidades, para trabajar corresponsabilidad familiar, creación de entornos saludables, prevención de violencia basada en género. A la vez, se entregan números de emergencia para denunciar estos tipos de violencia. Asimismo, la organización apoya a la Comisión de Género del Congreso Nacional para la creación del borrador de la Ley de Emergencia para Protección de las Niñas, Adolescentes y Mujeres frente a la COVID-19, la cual fue aprobada por unanimidad el 30 de julio bajo el nombre de “Medidas especiales de difusión, prevención, y atención de la violencia contra la mujer, y acciones para garantizar la igualdad de género, durante la vigencia de la emergencia nacional declarada a raíz de la pandemia del COVID-19”. Además coordina el grupo de incidencia del sub cluster de violencia basada en género donde se han revisado las rutas y lineamientos de atención, a la vez que se ha hecho incidencia con el 911 y la Secretaria de Seguridad para la optimización de la respuesta a estos casos.
Por otro lado, Ayuda en Acción, en alianza con unidades de salud y el gobierno de Canadá, ha realizado laboratorios móviles para detección de infecciones de transmisión sexual a 11 comunidades mestizas y tolupanas en el municipio de Yorito.
De manera integral, World Vision está realizando una capacitación sobre duelo y consuelo “Sembrando Esperanza” con 180 líderes religiosos en todo el país, con el objetivo de que apliquen técnicas de ayuda socioemocional a los impactos de la COVID-19, acompañando a las familias, generando habilidades y cuidados para el manejo emocional y tierno de sus hijas e hijos.
Asimismo, la población migrante ha sido afectada por el estigma y discriminación que reciben al llegar a sus comunidades. Para la atención de esta población vulnerable, World Vision ha brindado apoyo al Instituto Nacional de Migración con 5,000 kits de bioseguridad, así como a la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF) la cual atiende a niñas, niños y adolescentes que retornan al país producto de la migración irregular.
La sinergia entre las organizaciones no gubernamentales con el Gobierno de Honduras, y la Red Humanitaria del país, sin duda ha sido determinante en el éxito de la respuesta que se ha realizado a nivel nacional hasta la fecha. Entre las cinco organizaciones destacadas en este artículo, se han atendido alrededor de 266 mil habitantes en los 18 departamentos del país, según los últimos datos reflejados en el sistema 3W, en el cual se recopilan las acciones de respuesta de todo el Equipo Humanitario del país.
Las organizaciones, luego de haber previsto esta ayuda inmediata, se encuentran enfocados en continuar sus acciones de respuesta en acciones de recuperación a largo plazo de las comunidades. El trabajo en equipo y el acercamiento a las comunidades por parte de sus colaboradores, que sin duda son héroes sin capa en nuestra sociedad, será fundamental para la recuperación del país sin dejar a nadie atrás.
- La respuesta humanitaria realizada por la Red Humanitaria de Honduras, que es liderada por las Naciones Unidas junto al Gobierno de Honduras, se basa en el Plan de Respuesta Humanitaria, para el cual aún se requieren más de 80 millones de dólares. Puede ver el Plan de Respuesta Humanitaria para la COVID-19 en Honduras aquí >>